Comparto con ustedes un escrito que surge como iniciativa de trabajo en un curso virtual llamado Construcción de actividades de aprendizaje integrando TIC, que ofrece el SENA. Esta vez, hablo un poco acerca de la importancia de incluir las TIC en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
La
integración de las TIC en los procesos formativos
Las TIC han realizado profundas transformaciones socioculturales,
sin embargo, aún es relevante democratizarlas, promoverla desde distintos
factores como el mejoramiento de infraestructuras y la expansión; la formación
en el uso e integración de estas; la inclusión en el sistema social, en el
gubernamental y en el educativo. Todo ello para garantizar la disminución de la
brecha entre “incluidos” y “excluidos”. Es decir, entre la población que cuenta
con, acude a y aplica las TIC en su cotidianidad y aquella a la que aún no han
llegado las tecnologías de la información y la comunicación.
Las TIC son un requerimiento de la sociedad actual, por eso se
convierten en un compromiso prioritario de las políticas educativas de todos
los países y es, en consecuencia, un compromiso de sus Estados. Asimismo, las
TIC se convierten en una ventaja que permite la modernización de la información
y la gestión del sistema. Por ejemplo, en Colombia, el Gobierno viene aplicando
la Ley Antitrámites que dicta normas para suprimir o reformar regulaciones,
procedimientos y trámites innecesarios existentes en la Administración Pública.
Todo esto con la ayuda de las Tecnologías de la Información y la Comunicación.
De este modo, el reto de los Estados se encuentra en que deben
converger diferentes áreas del gobierno, puesto que su éxito radica en la
digitalización masiva, no excluyente, que cuente con buenas infraestructuras,
ofrezca igualdad de oportunidades a todo tipo de ciudadano en cualquier lugar
del país y que, además, promueva propuestas pedagógicas que integren las TIC
con procesos innovadores.
En fin, la integración de las TIC es una tarea que no se limita al
ámbito educativo, sino que demanda transverzalizar diversos aspectos (social,
educativo, económico, político, cultural, etc.). No obstante, es ineludible
resaltar que la inclusión de las TIC debe iniciarse en las políticas
educativas, lo cual implica implementar nuevos recursos de aprendizaje,
estrategias de enseñanza y contenidos curriculares. Claro está, con la debida
asignación de exclusivos espacios en los planteles educativos con equipamientos
que cuenten con el mantenimiento y la actualización pertinentes. A ello, se le
suma la necesidad de un director del establecimiento educativo que esté
actualizado y capacitado para dirigir una institución que integre las TIC.
Este, a su vez, debe procurar que el mentor de TIC cumpla con ese nuevo perfil
que requieren las escuelas de la actualidad, es decir, que sea guía, asesor y
veedor de la aplicación del equipamiento. Finalmente, lo más importante para
que el sistema educativo tenga éxito en la integración de TIC radica en: la
capacitación y el desarrollo profesional de los docentes.
Finalmente, es sumamente importante que el
cuerpo profesorado reconozca las propiedades de las Tecnologías de la
Información y la Comunicación (como la multimedia, la hipermedia, el dinamismo,
lo interactivo y la conectividad) y haga uso provechoso de estas en la práctica
docente. Según la UNESCO, una mejora sustancial de proceso de aprendizaje puede
lograrse si se incorporan las TIC desde una concepción constructivista. Es
decir, un proceso de enseñanza-aprendizaje dinámico, interactivo y
participativo en el que se modifica el papel dominante y transmisor de
información del profesor, y el estudiante deja de ser un sujeto pasivo, sino
que a medida que aprende construye su propio conocimiento y crea sus propios
procedimientos para la resolución de problemáticas inmersas en su cotidianidad.
Para lograrlo, se le deben entregar las herramientas a este último, se deben
generar andamiajes que propicien la autonomía en la gestión del conocimiento,
acto que da como resultado a un aprendiz que se considera a sí mismo como
competente.